La misma puerta

 


El mismo umbral.

La madera conocida.

Entro sigiloso e intento deslizarme imperceptible. No hay caso. Ya es tarde. Escucho las voces y mi nombre se nombra y resignado me acerco.

Me apoyo en el lado derecho del marco. El izquierdo ya esta ocupado.

Me uno para compartir el pago de mi parte del costo de libertades recientemente adquiridas y prontas a ser reclamadas.


Desde el oscuro se alternan voces de protesta.

Que es tarde y lo saben. Advertencias acerca de los peligros de la calle.

Nuestra falta de respeto al hogar. Nuestra consideracion inexistente.

Que no se puede confiar, que no entendemos porque.

Esta es la ultima vez, prometen las voces,

es la ultima vez al unisono prometen las nuestras.


Treinta y cinco años, de historias y de gente, de lugares y de objetos, de paisajes de noches y dias, a miles de miles que se han ido y son parte de mi.

En la memoria los recuerdos, una vida o dos y mas que ya no estan, ahora que ya estamos de vuelta ya ni queriendo volver.


Hoy es de nuevo la misma puerta. La madera conocida.

Esta vez nadie me llama. Yo solo me acerco y me apoyo, aun ciego de oscuridad, en mi lado reservado del mismo umbral.


Busco y miro hacia la misma vieja oscuridad, de la que ya no surgen voces.

No hay reproches ni advertencias, ni promesas ni reclamos.

Solo mas que solo, el unico y el ultimo que queda en el umbral de la puerta conocida.

Solo en silencio. Absoluto e irremediable.

Solo en oscuridad. Impenetrable e ignota.


Hoy soy yo quien cuestiono, con ansias de respuesta,

Escasas lagrimas solas no encuentran con quien compartir su pena.

Hoy es mi voz, con ganas de saber mas y saber mejor, la que inutil y voluntaria pregunta.


Por que te fuiste tan temprano?

Por que ahora, que es tan tarde, aun no vuelves?



Entre fantasmas,

Soler 9-22-13